A mí no me gustan las palomas ni los obreros descamisados, por lo que veo mi jubilación un tanto aburrida, así que por mí que pongan la jubilación a los 80 años y que de pensión nos den vinilos del Duo Dinamico. Por qué, como siga así la cosa, en cuanto cumpla 65 me hago atracador de bancos. Lo tengo clarísimo. Me voy a dedicar al bandolerismo y al pillaje. A tomar por saco. Con la pensión que me va a quedar seguro que vivo mejor en la cárcel.

La otra opción es empezar a pagarme un plan de jubilación privado… pero digo yo… ¿Porque un banco es eficaz con mi pensión? ¿Acaso compran y venden armas a países del tercer mundo en guerra? Eso no puede ser, ya que el estado ya lo hace… ¿Harán cosas peores para sacar un verdadero rendimiento a mi dinero? El estado debería tener experiencia ya que lleva mucho más años encargándose de eso… Que me lo expliquen…

¿O es que la clase media baja que no pueda pagarse un seguro privado, va a tener que trabajar con 80 años? ¿Me tocará ser de esa clase media baja? ¿Les tocará a mis hijos? Cerremos los ojos, hagamos caso a Rawls y veamos que mierda de sociedad estamos dejando. ¿Es donde queremos que vivan nuestros hijos e hijas? Va a ser que no…

Lo dicho, bandolerismo y pillaje… es la opción, puede ser divertido. ¿Quién se apunta?

El momento de pasar página ha llegado. Nunca el de olvidar. Porque si olvidamos estos 30 años podríamos caer en el mismo error. Un error con muchos muertos, muchas familias llenas de odio e incontables injusticias. Un error que ha destrozado un pueblo y las esperanzas de muchos jóvenes y no tan jóvenes que han visto truncadas sus vidas por pensar de una forma u otra. Un error que ha hecho que un estado que se erigió con los pilares de la democracia, haya tenido que sostenerse con puntales de corrupción, violencia e injusticia, al enfrentarse a algo para lo que no se estaba a la altura. Un error que hay que enmendar  ya.

Puede que tampoco sea el momento de perdonar. Son muchos años de odio. Hay muchas cosas por las que habría que pedir perdón, por ambos lados. La mayoría de la gente que se ha visto en primera línea, probablemente, no podrá perdonar jamás, y están en todo su derecho de no hacerlo. Sin embargo, hay que dar una oportunidad a que de ahora en adelante no surjan más historias por las que pedir perdón.

Las palabras que han sido publicadas estos dos últimos días, son históricas. Ni ETA ni Batasuna habían hablado nunca así. La que no es nueva, es la manera de responder de nuestros políticos y políticas. Hablando de treguas trampa, y cosas parecidas. Lo peor es que si no se dan pasos ya y esto se alarga para evitar que Batasuna pueda concurrir a las elecciones de Mayo. Puede que algún descerebrado incontrolado cometa un error como el de la T4 y que le dé la razón a esta banda de irresponsables. Aunque si esto pasase, daría la oportunidad a Otegi de cumplir su promesa.

Yo quiero creer que esto ha terminado. La verdad es que soy de los que se ha creído cada una de las treguas. Quizás sea un iluso, pero yo que sé, no me gusta que el tener razón suponga que alguien pierda la vida.

Utzi pakean Euskal Herriari!

Matémosles a todos, es el momento, con el último comunicado han demostrado que son débiles, ya que el que renuncia a la violencia para conseguir sus propósitos, es débil por definición. Nos han estado jodiendo durante cincuenta años y ahora se ha dado la vuelta a la tortilla. No les vamos a dejar rendirse, están en la arena con las banderillas en alto y hay que estocar. Vamos a demostrarles que somos mejores que ellos y van a recordar el día que decidieron adentrarse en el lago de la sangre. En una sola noche las cárceles podrían quedar vacías y en silencio. Nosotros, no nos vamos a rendir. Vamos a devolver todo el daño que han causado.

Seguro que funciona.

Ser consciente de que la vida pasa y de que sigo en el mismo sitio, que nada cambia y que nada puedo cambiar. Con la carrera a un suspiro, seis años de una formación que nadie quiere y que cualquiera puede hacer. ¿Siguiente paso? Huir hacia delante, más formación, dos años más y estaré listo, para buscar un trabajo para toda la vida, una casa para toda la vida, un coche para toda la vida, una televisión enorme para 4 o 5 años, lavadoras, secadoras, etc. El fin de mi vida se acerca. Pronto me haré mayor y terminaré con la rutina de lo absurdo, del sinsentido, de la chanza y el modorreo, empezaré la vida de verdad. Estoy impaciente.

Miro a mi alrededor y solo veo caras de resignación ante lo que viene. No es felicidad, o por lo menos, no la que yo busco. Pero no hay escapatoria. No hay salidas a la derecha de la vía ni un túnel donde esconderse. Efusivas muestras de libertad y alegría en el mundo de los sucedáneos envasados al vacío. Vacío que crece y llena las esperanzas de nada.

No querer mirar al futuro. Un espejo sin reflejo en el que los marcos ya están puestos por lo que ya pasó. Solo podemos dibujar en el cristal lo que nos gustaría que apareciese y soñar con ello. Soñar que vivimos en un sueño, sin embargo, lo que estamos viviendo ya lo soñó alguien ayer. Privilegiados, infelices protagonistas de los sueños de los desheredados de la tierra. Una educación, un trabajo, una vivienda digna, otra para el veraneo, un coche privado, una tele enorme, lavadoras, secadoras, todo ello adquirido, aderezado y sazonado con un bajísimo tipo de interés variable revisable cada cuatro años a favor del euribor y no se cuantas variables económicas que, por supuesto, no nos explicarán.

Vivimos el sueño de los que tienen pesadillas cada noche. Disfrutemos.